domingo, 22 de agosto de 2010

La llamada de la Selva

Trata sobre un perro llamado Buck que vivía en una granja cerca de San Francisco que era del juez Miller. Allí Buck era el perro que reinaba en el lugar; jugaba con los nietos del juez, acompañaba a las hijas de éste en sus paseos, o a sus hijos de caza. Estaba todo el día sin hacer nada sentado al sol y en invierno al lado de la chimenea a los pies del juez.


Pero un día, Manuel, uno de los ayudantes del jardinero se llevó a Buck, llegaron a la estación ferroviaria de College Park donde fue vendido a un hombre para ser convertido en un perro de tiro. Este hombre recibió dinero, y cada vez que Buck le atacaba lo estrangulaba. Fue duramente maltratado y transportado hasta un veterinario de San Francisco. A la mañana siguiente llegaron cuatro hombres y cargaron la jaula para subirla a otro vagón, un camión lo llevó a un vapor, de ahí fue a parar a un depósito de ferrocarril, y después lo pasaron a un vagón expreso.

Descargaron a Buck en Seattle donde fue recibido por un hombre que contenía la furia de los perros rabiosos a base de garrotazos, el pobre animal recibe doce golpes hasta que se cansó de atacarle. Compraron a Buck y se lo llevaron dos tipos que trabajaban para el gobierno de Canadá.

Él y ocho perros más compusieron un grupo de tiro para el trineo de ambas personas. Despues de dos años el grupo sufre ataques de otros perros y las inclemencias del tiempo. Las bajas fueron repuestas por otros perros en Rink Rapids, pero Bucks consigue lo que quería ser el líder del grupo. Otros dos hombres compraron a los perros, incluyendo arneses, y se integraron nuevos perros al equipo.

Buck se dio cuenta que sus nuevos amos eran tan incompetentes que no podrían avanzar mucho. Solo quedaron cinco perros, el resto falleció debido a las heridas y el mal tiempo. Llegaron al campamento de su dueño, y el compañero de éste pegó a Buck por que no obedecía. En aquellos momentos de tensión su dueño le defendió y tras ese acto de valor el resto de la compañía (sus socios) le abandonaron junto con Buck.


Conoció a dos perros más y su amo junto con los ayudantes terminó de acampar y siguieron su camino. Buck tuvo la oportunidad de pelear con un alce macho y no la desaprovechó, después de un tiempo decidió matar a su presa. Regresó al campamento con su amo y vio que todos estaban muertos y atravesados por flechas. Aquello hizo que a Buck le diera bastante rabia y perdiera la cabeza por tanto amor que tenia hacía su amo. Encontró a los indios que estaban danzando alrededor del la cabaña y Buck se les aventó.

Después de aquella matanza escuchó ``la llamada ´´ otra vez y lo siguió. Una manada de lobos llegó donde estaba él y el más audaz lo ataco primero. Después de que los lobos se hicieron para atrás apareció un lobo alto y famélico, Buck lo reconoció.

Era su hermano salvaje que lo había estado acompañado durante una noche y un día, entonces se unió a los lobos.

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